jueves, 9 de octubre de 2008

Richiamata dell'amore


Creo que a todos nos ha pasado alguna vez que, tras colgar hace un tiempo una relación y prácticamente deshabilitar la línea… de repente, el teléfono vuelve a sonar.
Incertidumbre, curiosidad, e incluso miedo (si habíamos salido escaldados de la vez anterior) se nos pasa por la mente al oír el ring ring.


¿Qué hacer? ¿No contestar? ¿Poner el contestador automático? O simplemente descolgar el teléfono y decir con una de nuestras mejores voces un ¿siJ? Claro, todo esto sería mas fácil si supiéramos para que llama, si no nos cogiera por sorpresa…
Además, estas cosas suelen ocurrir cuando has empezado a pensar en no dar de alta esa línea nunca más…cuando te has cambiado a una tarifa mucho mas ventajosa…e incluso en cambiar de operador…


Pero ahí está. Sonando, vibrando, esperando tu respuesta. Quizás esta es la última oportunidad para volver a conectar o desenchufar definitiamente…
Casi cuando ya tienes decidido descolgar para aunque sea escuchar la nueva oferta, piensas… si la vez anterior no habíamos conseguido establecer una conexión segura… ¿Por qué iba a poder ser ahora? ¿Realmente había cambiado algo?... ¿o quizás era mi propio interés en ver que podría funcionar? ¿Es el momento de dejar que las buenas intenciones y el deseo superen la experiencia…?


Finalmente quizás más por curiosidad e impulso que por otra cosa descuelgas, mantienes la conversación agradable y tipicamente ceñida al guión de estos casos y te das cuenta que siempre es mejor mantener tu número por si buenos amigos quieren volver a jugar un papel en tu vida.

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